Patologías asociadas

Son diversas las condiciones y patologías las que pueden afectar la calidad y cantidad de este líquido, desencadenando una serie de trastornos que pueden limitar la movilidad y causar dolor. 


Trastornos articulares y hallazgos de laboratorio

Tabla 2. Trastornos articulares y hallazgos de laboratorio de líquido sinovial - Recomendaciones para el análisis de líquidos biológicos (ISP, 2016)


1. No inflamatorio: Artrosis

La Artrosis u Osteoartritis es una patología degenerativa de las articulaciones que se caracteriza por la degradación del cartílago articular hialino, afectando finalmente a toda la estructura articular. De evolución lenta, por lo cual se detecta luego de años de progresión. 

Causas

A pesar de ser la patología reumática más común, aún se desconoce su etiología exacta. Se plantea que puede ser por una mezcla de factores bioquímicos (metabolismo lipídico, mutación del colágeno tipo II, entre otros.), mecánicos (lesiones articulares, sobrepeso, tensión en la articulación), así como puede tener componentes genéticos. Se sabe también que la predisposición aumenta con la edad y que el sexo femenino es el más se afectado. 

Manifestaciones clínicas

  • Rigidez y sensibilidad en las articulaciones
  • Inflamación y enrojecimiento
  • Osteofitos (pedazos adicionales de hueso palpables como bultos de consistencia sólida alrededor de la articulación afectada).

Diagnóstico

Cuando afecta a las articulaciones axiales (esternoclavicular, condrocostal, sacroilíacas y sínfisis del pubis) y en los que no se acumula una cantidad significativa de líquido articular, por lo que no se podría obtener muestra para cultivo, el diagnóstico se basa en la positividad de los hemocultivos y en las pruebas de imágenes (radiológicas, gammagráficas, etc.).

*En casos puntuales se podría realizar la punción o biopsia para eventualmente realizar el cultivo.

Tratamiento

Los síntomas pueden controlarse, pero el daño a las articulaciones es irreversible. Considerando esto, el principal objetivo del tratamiento de la artrosis es combatir el dolor y la incapacidad funcional, evitando la progresión o manifestación de efectos secundarios.

  • La pérdida de peso, por mínima que sea, resulta eficiente para disminuir el dolor.
  • Se sugiere no realizar movimientos bruscos o repetitivos (de manera excesiva).
  • Terapia individualizada con ejercicio físico (reduce el dolor y mejora la rigidez).
  • Uso de fármacos. Analgésicos (paracetamol), AINEs (diclofenaco, naproxeno, ibuprofeno) en dolores agudos. Si no existe respuesta, se puede optar por analgésicos más potentes como el tramadol (Opioide).
  • Terapia interarticular o infiltraciones si nada de lo anterior llegara a resultar, se puede administrar dentro de la articulación sustancias antiinflamatorias como glucocorticoides, derivados de cortisona incluso ácido hialurónico.
  • Cirugía artroscópica, presenta baja morbilidad postoperatoria y rápida recuperación del paciente

2.1. Inflamatorio (inmune): Artritis Reumatoide

Enfermedad inflamatoria crónica autoinmune que afecta sobre todo a las articulaciones diartrodiales. Generalmente se produce destrucción articular progresiva con diferentes grados de deformidad y/o incapacidad funcional. 

Causas

Su etiología sigue siendo desconocida. Se estima que es el resultado de la interacción de un antígeno desencadenante y un componente genético predisponente.

Manifestaciones clínicas

La clínica es muy variada.

  • Poliartritis afectando a extremidades superiores e inferiores
  • Dolor y rigidez matutina o luego del reposo prolongado
  • Tumefacción y sensibilidad anormal en la zona afectada
  • Inflamación y enrojecimiento
  • Síntomas sistémicos como fiebre, malestar general, pérdida de peso moderada, así como mayor predisposición de infecciones.
  • Otras entidades específicas como pericarditis, vasculitis y derrame pleural en los casos de mayor data.

En las manos puede desarrollarse una deformidad en boutonnière (ojal), deformidad "en cuello de cisne" o bien la deformidad del pulgar en "Z".

En extremidades inferiores, el pie es el que se ve más afectado (tobillo y dedos), pudiendo incluso llegar a afectar los tendones.

Diagnóstico

Se realiza en base a la historia clínica, exploración radiográfica y los hallazgos de laboratorios (hemograma, reactantes de fase aguda, factor reumatoide, anticuerpos antinucleares) para descartar otras causas y chequear la progresión.

Tratamiento

Dada la variabilidad de la presentación entre los pacientes, además de las remisiones y recidivas, se propone tratamiento farmacológico enfocado a regular los factores inflamatorios e inmunológicos que intervienen en la patogénesis del trastorno, optando así por AINES, corticoides o fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARD)


2.2. Inflamatorio (cristales): Gota

Enfermedad crónica en la cual, producto de una hiperuricemia, se producen depósitos de urato monosódico en los tejidos, provocando artropatía, tofos (nódulos), nefropatía y/o litiasis.

Causas

La hiperuricemia se define como concentraciones de ácido úrico sobre 6,8 mg/dl (límite de solubilidad en suero). Valores mayores significan riesgo de precipitación de uratos en forma de cristales de urato monosódico.

  • La Gota primaria tiene predisposición genética (polimorfismo de los transportadores renales de urato, disminuyendo su eliminación renal)
  • La Gota secundaria se da producto de una enfermedad crónica de base como leucemia o insuficiencia renal, 
  • La Gota transitoria puede aparecer por cambios repentinos de la volemia, por cirugía o bajo fármacos; así como también hay una Gota permanente

Aunque desde el área clínica es más útil clasificarlas según su causa subyacente, es decir, si se produce por sobreproducción, disminución de su excreción o ambas.

Manifestaciones clínicas

La hiperuricemia se mantiene asintomática por muchos años, hasta que aparecen episodios repentinos y graves de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en una o más articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie.

Diagnóstico

A pesar de su elevada prevalencia, muchas veces no es identificada o tratada adecuadamente. Se confirma por la presencia de microcristales de urato en el líquido sinovial.

  • Muchas veces existen antecedentes familiares que orientan el diagnóstico.
  • Se describe también una relación entre episodios de artritis aguda de remisión espontánea o con analgésicos y que jamás recibieron tratamiento.

Se debe descartar una Artritis Séptica en toda Artritis Aguda, por lo que ante la mínima sospecha se deberá realizar la aspiración de líquido sinovial para el conteo celular, cultivo y búsqueda de cristales bajo microscopía de luz polarizada.

Tratamiento

  • Siempre y cuando la condición base lo permita, se suele recurrir a los AINES (como el naproxeno o ibuprofeno).
  • Otra alternativa es un tratamiento corto con Colchicina o esteroides por vía oral o intraarticular.

Otros cristales que se pueden encontrar en líquido sinovial

  • Cristales de pirofosfato de calcio: Aspecto de bastones cortos, rectangulares o cuadrados pequeños (2 - 20 μm), son débilmente birrefringentes positivos. Están presentes en articulaciones de pacientes con pseudogota o enfermedad de depósito de estos cristales.
  • Cristales de lípidos (cruces de Malta): Miden de 2 - 8 μm y tienen birrefringencia positiva; están formados por múltiples capas de fosfolípidos, colesterol y agua.Se encuentran en el líquido sinovial de pacientes con monoartritis aguda, poliartritis crónica y sinovitis villonodular pigmentada.
  • Cristales de colesterol: Cristales grandes (8 - 100 μm) cuadrados con una muesca en una esquina, con birrefringenia positiva o negativa. Se encuentran en los LS inflamatorios y en aquellos lı´quidos que se drenan de bursas de pacientes con artritis reumatoide, lupus eritematoso generalizado y espondiloartropatı´as seronegativas. Son raros en el LS de pacientes con osteoartritis y gota.


3. Séptico: Artritis Séptica

Infección de la articulación que afecta principalmente a la membrana sinovial, causada por la invasión directa del espacio articular por diversos microorganismos que incluyen bacterias, virus y hongos, de forma directa o, con mayor frecuencia, por vía hematógena. 

Agentes causales bacterianos

Aunque cualquier agente infeccioso puede causarla, los más frecuentes son las bacterias piógenas (productoras de pus), clasificándose como la más peligrosa y destructiva de las artritis agudas. En general, Staphylococcus aureus es el microorganismo más frecuente tanto en los adultos como en los niños.

Clásicamente, las artritis bacterianas supurativas se separaban en dos grandes grupos: gonocócicas y no gonocócicas. Actualmente no se suelen clasificar de esta manera puesto que la artritis gonocócica ha perdido vigencia, pero hace 20 años, Neisseria gonorrhoeae era el patógeno más frecuente (75% de los casos), en jóvenes sexualmente activos.

Los agentes bacterianos más frecuentes pueden clasificarse según la edad y/o condición, siendo los más importantes:

  • Niños menores de 5 años. Streptococcus pyogenes Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae y S. aureus.
  • Niños mayores, adolescentes y adultos jóvenes. S. aureus (principal agente causal), S. pneumoniae y S. pyogenes.
  • Ancianos e inmunodeprimidos. El agente más frecuente es S. aureus, aunque también deben tenerse en cuenta las infecciones por bacilos gramnegativos como Pseudomonas aeruginosa y diversas especies de estreptococos como S. pyogenes, S. pneumoniae y Streptococcus agalactiae.

Agentes causales víricos

Las artritis víricas generalmente tienen presentación asimétrica de las pequeñas articulaciones, especialmente en las manos, acompañada de un exantema cutáneo concomitante. Los más frecuentes son por Virus de la Hepatitis B y C (VHB y VHC, respectivamente)

  • En la hepatitis B y C aparece en la fase preictérica y se resuelven a medida que se desarrolla la ictericia, aunque en la Hepatitis B puede evolucionar a la cronicidad.

Agentes causales micóticos

Las artritis fúngicas/micóticas suelen ser causadas por Candida spp. en pacientes inmunodeprimidos, portadores de catéter venoso central, receptores de antibióticos de amplio espectro y usuarios de drogas por vía parenteral.

Candida albicans es la especie más frecuente, pero también se han encontrado involucradas Candida glabrata y Candida tropicalis. 

Otros agentes (menos frecuentes)

Aunque asociados con mucha menor frecuencia, incluyen:

  • Pasteurella multocida y Capnocytophaga spp. (por mordeduras de perros y gatos);
  • Eikenella corrodens, anaerobios, especialmente Fusobacterium nucleatum y estreptococos (por mordedura humana)
  • Aeromonas hydrophila (en leucemia mieloide);
  • Estafilococos coagulasa negativa, bacilos gramnegativos y 5 Propionibacterium spp. (por articulaciones protésicas);
  • Candida spp. (especialmente frecuente en usuarios de drogas por vía parenteral);
  • Brucella spp., Mycoplasma pneumoniae, Ureaplasma urealyticum, M. hominis y M. fermentans (en pacientes con hipogammaglobulinemia, inmunosupresión, linfoma);
  • Mycobacterium marinum (por exposición al agua) y Sporothrix schenckii (en jardineros).

Manifestaciones clínicas

Tríada típica, con una duración media de 1-2 semanas:

  • Fiebre de bajo grado o <39°C;
  • Dolor acompañado de inflamación y/o enrojecimiento;
  • Restricción de los movimientos en la articulación afectada.

Diagnóstico

Se basa en la positividad de la tinción Gram, el cultivo del líquido (en medios convencionales con incubación aerobia y anaerobia) y en el cuadro clínico compatible asociado a dos o más hemocultivos positivos para el mismo microorganismo.

  • Tinción de Gram: fuente de información rápida aunque de baja sensibilidad. En artritis bacterianas no gonocócicas se estima que la sensibilidad varía entre 29-50% (máxima en S. aureus), mientras que en la gonocócica es aún más baja (<10%). Al contrario de la especificidad que suele ser elevada.
  • Hemocultivos: suelen ser positivos en el 50-70% de los casos.
  • Cultivo: método de diagnóstico definitivo de la Artritis Séptica. En pacientes no tratados, el cultivo resulta positivo el 90% de las veces. En infección gonocócica los cultivos son positivos en un 25% de los casos. Las limitaciones más frecuentes del cultivo son la administración de antibióticos previos a la artrocentesis y la infección por microorganismos atípicos.

Tratamiento

  • Los casos confirmados por cultivo deben iniciar terapia antibiótica según sensibilidad de cada aislado.
  • En los casos de cultivo negativo, recuento celular >50.000 células/mm3, excluidas otras causas y con alta sospecha diagnóstica, se recomienda instaurar tratamiento empírico.
  • En casos de cultivo negativo y donde no se cumplan las condiciones anteriores, descartar tratamiento antibiótico.

El retraso en el diagnóstico y tratamiento conduce a la lesión irreversible de la articulación y a la incapacidad permanente, conllevando tasas significativas de morbilidad considerando que incluso frente al tratamiento correcto, puede desencadenar una bacteriemia que lleve a la muerte del paciente. 


4. Hemorrágico: Sinovitis postraumática

Es la sinovitis más común. Se define como la inflamación de la membrana sinovial en respuesta a una lesión, abrasión o traumatismo en la articulación, que cursa con derrame y engrosamiento sinovial que puede asociarse a hemorragia. Lo más común es que se presenten en rodillas, tobillos, mandíbula, hombros, cadera y muñecas.

Causas

  • Traumatismo directo en una articulación (lesiones deportivas y accidentes de tráfico)
  • Traumatismos de fricción crónicos (síndrome de banda iliotibial)
  • Uso excesivo de la articulación con movimientos repetidos.
  • Secundario en pacientes con Gota, Lupus, Osteoartritis, Artritis Reumatoide, Artritis Séptica y Tuberculosis, en cuyos casos las articulaciones pueden ya estar comprometidas, volviéndolos más susceptibles.

Manifestaciones clínicas

  • Refieren dolor intenso en la zona, sensibilidad, hinchazón y rigidez articular.
  • También se relata palpación de bultos de consistencia sólida cerca de las articulaciones.

Diagnóstico

En estos casos es clave la anamnesis del paciente complementando con estudios de laboratorio e imágenes.

Tratamiento

  • Es común la indicación de reposo y aplicación de compresas frías o calientes.
  • En los casos más dolorosos se pueden recetar AINEs, inyecciones con corticosteroides.
  • En los casos más graves, se deriva a cirugía para eliminar el tejido sinovial inflamado.

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